miércoles, 5 de junio de 2013

3O1

No les voy a mentir compañeros, a principio de año pensé que ningún maestro nos iba a poder callar, que iba a haber muchas rivalidades entre nosotros, con eso del 201 y el 202; pero poco a poco nos fuimos organizando, entendiendo, uniendo y queriendo hasta formar el gran grupo que somos ahora.
Hemos echo muchas cosas juntos, travesuras, locuras, trabajos, proyectos, exámenes, etc.
¿Quién olvida cuando el profesor de computación dijo "El último que llegue se queda sin máquina"? ¿El mole? ¿Marquito revelandose? Y muchas otras cosas que nos han causado mucha alegría y risa. 
Ahora, llego el momento de desperdirnos compañeros. Yo, en lo personal, quiero darles las gracias a todos, por haber echo este ciclo escolar algo inolvidable. Y para los que me han acompañado a lo largo de mi secundaria y primaria, muchas gracias.
Siempre llevare a donde quiera que vaya ese bonito de recuerdo de todos y cada uno de ustedes. Espero que nos sigamos frecuentando para seguir con todas estas aventuras. 
Hasta luego, compañeros. 

El mejor profesor


Creo que a lo largo de mis once años en el colegio, he encontrado muchos maestros excelentes, que no sólo saben de su materia o saben explicar a detalle, no, más que eso, te dan lecciones de vida, te dejan algo que llevaras contigo siempre.
Tengo dos claros ejemplos; el primero es un profesor que al principio me daba miedo, mucho miedo, todos lo identificamos por el más guapo, les hablo del profesor Carlos. Recuerdo que la primera clase que tuve con el, morí del susto, sólo pronuncie 3 palabras y me saco del salón. Al día siguiente, no hable, conteste mal un ejercicio y me volvió a sacar y me dijo que jamás podría volver a entrar a su clase. Preocupada, hable con el profesor Genaro, que no hizo gran cosa; yo, al día siguiente sentada en mi banca, esperaba su clase. Llegó, no hable nada nadita, conteste bien todos mis ejercicios y desde ahí su clase es la mejor. No sólo enseña matemáticas (mi materia preferida) te entiende, te da consejos, habla contigo, es gracioso. No se, quisiera que me siguiera dando clases en la preparatoria.
Mi segundo ejemplo es una maestra que todos o por lo menos la gran mayoría queremos y respetamos mucho. Esa maestra que nos ha enseñado a ser fuertes, a enfrentar los grandes retos de la vida, a sonreír en los momentos más difíciles. Y también historia, inglés y geografía. Si, hablo de Miss Vero.
Creo que ella es la maestra que más voy a extrañar, aunque siempre me duerma en sus clases, me ha enseñado mucho. Es de esas maestras estrictas pero buena onda, que te saben escuchar y se ríe contigo. Quiero decir, ¿Qué maestra hace llorar a un grupo entero? ¿Qué maestra controla a un grupo de 28 sin un grito? ¿Qué maestra hace que nosotros, sus alumnos, se organicen para festejar su cumpleaños? Sólo ella.
Muchos otros maestros me han enseñado cosas, pero ninguno como ellos dos. Yo les llamo, los mejores profesores del pilar.

martes, 4 de junio de 2013

La nostalgia comienza

Camino por los pasillos, por el pasto, entro y salgo de los salones y empiezo a recordar, recordar todos los momentos que he pasado en esta escuela. Risas, caídas, lágrimas, trabajos, proyectos, tareas, revisión de uniforme, de cuadernos, exámenes, exposiciones, bailes, juegos, etc. 
Once años, once años de mi vida aquí.
Desde ese primer día que llegue a preprimaria, lo recuerdo bien. Era un día con mucho sol, mi papá me vino a dejar junto con mi hermano en su Sentra rojo. Baje del carro y me dijo - Hija, buscas el salón que tenga dos letras "P" de color rojo-. Y ahí me ven, paseando por todo el colegio; que en ese entonces era enorme, con tres canchas, mucho pasto, unos juegos enormes, y la dirección nada que ver con la que tenemos ahorita; buscando las dos P de color rojo.
Ahí conocí a compañeros que hasta el momento están en mi grupo, Carlos Diego y Madeline. 
Conocí a maestras que siempre llevare en la memoria, que hasta hoy veo, que me han enseñado más que una tema, una o varias lecciones de vida; Miss Alicia, Miss Adriana, Miss Soco, Miss Jessica y Miss Ale.
Pase me infancia feliz de la vida, jugando, riendo y conviviendo con todos mis compañeros, no pude haber llegado a un mejor lugar para empezar mi educación básica.
Pasaron los años, cambie, tanto física como emocionalmente. Llegaron nuevos compañeros que han marcado mi vida, la lista es muy larga como para nombrarlos a todos. Pero quiero agradecerles por todo, absolutamente todo lo que han echo por mi. Ustedes saben quienes son.
El tiempo siguió corriendo, paso la primaria, mi salida de sexto. Que para mi no fue tan fea porque sabía que seguiría viendo a mis compañeros en la secundaria.
Entre a secundaria y tuve el placer de tomar y seguir tomando clases con unos profesores increíbles, que me han marcado, en verdad. Son tres, Miss Vero, Profesor Carlos y Miss Santa, que aunque muchos tuvieron problemas con ella, yo encontré en ella una guía, una maestra que me enseñó más que cívica y ética.
Ahora tres años han pasado y la nostalgia comienza.
Nunca imagine que este momento llegaría, el momento de despedirme de mi colegio. Empezar en una nueva escuela, con personas totalmente diferentes. Separarme de todas las personas que conozco. Eso, empieza a doler.
No quiero que llegue ese 5 de julio en el que todos debamos decir adiós. O quizás, un hasta luego. 

La persona con la que más he convivido en la escuela

Han habido muchas personas con las que he convivido a lo largo de mi estadía en el Colegio del Pilar, no se por donde comenzar.
Creo que las únicas 2 personas que tal vez no hablamos demasiado pero siempre, a lo largo de estos 11 años, han estado en mi grupo, les hablo de Carlos Diego y Madeline, lástima que no tengo una foto pero prometo más adelante mostrarles una.
Más adelante, precisamente un año y medio después, llegó la persona de la cual les hablaré a lo largo de este texto, Brenda Itzel Pérez Buendía.
Ella ha estado conmigo en los momentos difíciles, en las risas, las lágrimas, los bailes, las tareas, los proyectos, las fiestas, las plazas, los juegos, mi casa, su casa, campamentos, etc. 
Recuerdo que mi primer accidente serio, nivel hospital, fue en su casa, en una fiesta con alberca. Tenía un patio enorme y recuerdo que había un brincolín y 2 albercas inflables. Estaba empapada y descalza y Brenda me presto las sandalias de su hermano y yo por pena, no me las quise poner. Por consecuencia, me resbale en un charco enorme y caí con todo el codo, llore como nunca.
Y así, a lo largo de todos estos años hemos vivido mil experiencias juntas, cosas nuevas, enfrentando la rutina escolar, juntas como amigas.
Claro, en un momento como en toda relación de dos personas, hubo problemas, problemas que llegaron a causar fuertes peleas, malas palabras, malos entendidos, y un distanciamiento enorme. No puedo explicar la combinación de sentimientos que sentí en ese tiempo; tristeza, enojo, coraje, impotencia, etc. 
Recuerdo que la primera vez que peleamos así fuerte, llore como por una semana, pensé que mi mejor amiga ya no lo sería más, que esos 10 años de momentos increíbles se iban al olvido.
Si dolió, pero en un punto dije, ya no más. Levante la mirada y me resigne, a verla cambiar a aceptar la realidad y buscar nuevas amistades. Por fortuna, lo logre. Y justo cuando sentía que nos transformábamos en dos completas extrañas, sucedió. Ella me pidió una disculpa, no supe como reaccionar ya que después de tanto tiempo de conocerla sabía que ella no era (ni es) de las personas que piden perdón fácilmente. Otra mezcla de sentimientos ocurrió en mi, pero claro ahora había muchos sentimientos positivos. Nos perdonamos y todo volvió a comenzar.
Recuerdo que los primeros días, no fue nada fácil, ni siquiera me atrevía a hablarle. Como al tercer día, le entregue la invitación para mis XV años, la abrace y lloramos, claro, lágrimas de alegría.
Desde ahí, la relación cambio, para bien. Reconstruimos la confianza, el cariño y la amistad. Y ahora yo siento que esta amistad es más fuerte que antes.
No tengo palabras para agradecerle todo lo que ha echo por mi, en verdad es una de las personas más importantes para mi. De esas personas que nunca quieres que se alejen de ti, de esas. 
Ahora, esperamos por los resultados de la preparatoria para definir nuestros caminos, ¿Seguiremos juntas? ¿Nos distanciaremos? 
Pase lo que pase, a pesar de todo, seguiré brindándole todo mi apoyo como ella lo ha echo.
Esta amistad es de esas que se quedan en la secundaria, va más allá.

viernes, 31 de mayo de 2013

Por fin viernes!

El día que todos esperamos, maestros, alumnos y padres; viernes!
El fin de semana comienza y muchos desde el Lunes ya tienen planes. Viernes significa, fiesta o descanso.
Para mi, viernes significa llegar a mi casa sin la preocupación de la tarea; mi única preocupación es "mi novio ya viene para acá! Me tengo que cambiar y arreglar" Claro, que cuando la semana ha sido muy pesada, llego a dormir un poco y recibo a mi novio en uniforme.
No se como explicar lo bonito que son mis viernes, estar con mi novio, divertirnos juntos, platicar sobre nuestra semana es algo increíble, jamas me cansare de pasar mis viernes así. Mil fiestas, tardes en plazas, largas horas de sueño no se comparan con esas tardes a su lado.
Lo se, soy muy cursi.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Adverbios Temporales

Un día normal
Mi día empieza a las 4:45 de la mañana, cuando mi primera alarma suena. Al momento la apago y duermo quince minutos más hasta que mi segunda alarma suena. De inmediato me levanto, me descobijo, enciendo la luz y agarro mi uniforme que el día anterior había preparado y puesto sobre mi mueble. Como no tengo cuarto, y mi mama se esta bañando, me voy a la sala a cambiarme. Ya vestida y perfumada, agarro una silla, un cepillo, una liga y un liston, me siento frente al espejo, y me empiezo a peinar; claro que los días que mi alarma no logra quitarme el sueño y me quedo dormida, sólo me pongo un listón y listo.
Terminando de peinarme, agarro mi maquillaje y rápidamente, me maquillo.
Al terminar, mi mama me sirve mi desayuno. Me siento a la mesa y desayuno velozmente, pues todavía me faltan cosas que hacer.
Después, corro al baño antes que mi hermano mayor se meta a bañar y me lavo los dientes. No se porque, pero justo a la mitad, suena el claxon del transporte.
Al oírlo, me enjuago la boca, agarro mi ipad, mi celular, mi mochila y salgo. Ya afuera, todo esta en calma, no hay ni un coche, todo esta obscuro, la única luz que hay son los faros de la combi, el foco que esta afuera de mi garaje y la luz de un poste.
Me despido de mis papas, subo al transporte, acomodo mis cosas y me acomodo yo para una siesta de 30 minutos. Ni se como va el recorrido, sólo se que los asientos del transporte son cómodos para una siesta reparadora.
Dan las 6:40 llego a la escuela, bajo de la combi y entro a la escuela, sólo hay 3 niños. Mis compañeros llegan, uno tras otro, pero por alguna extraña razón, de los de tercero,ninguno llega temprano, todos llegan después de las 7.
Llego al salón, saco mis libros y me voy amo primera clase, inglés. La voz de Miss Vero tiene algo que siempre, así haya dormido como un bebe la noche anterior, me da sueño. En el momento que salgo, mágicamente, despierto, estoy alerta.
Y continúan las clases, sin nada interesante, todos los días es lo mismo.
Al fin, dan las 2:50, hora de salir. Arreglo mis cosas para la tarea y salgo, rumbo a la combi de nuevo junto con mi hermano menor, Dany. Soy la tercera que dejan y al llegar lo único que quiero es comer. Emma me sirve de comer, término y dan las 4. Empiezo con mi tarea tratando de no distraerme mucho, como es mi costumbre. Dan las 7 y es hora del baño. Me seco, me pongo pijama y llega la hora de cenar en familia.
Hasta qué por fin dan las 9, hora de dormir. A menos que en la televisión haya un programa muy bueno o este hablando con mi novio. De no ser así, deshago mi cama y pongo mi celular a lado mío para que al día siguiente, suene la alarma.